lunes, 9 de enero de 2017

Encasillada en el sin-camino


¿Cómo debería de vivir si no tiene sueños que cumplir? Cada día atrapada entre 4 filos de los cuales no encuentra la manera de salir, 4 filos que cortan sus alas, sus pensamientos, sus sueños, sus sentimientos. Dando pasos en círculos, imaginando más allá de sus posibilidades y a la vez perdiendo las ambiciones que poco a poco van cayendo a pedazos por su cuerpo, suavemente por su piel. Sentada mirando a su alrededor, viendo pasar las nubes, la lluvia, el sol y la luna; viendo pasar los días, las horas. Se va perdiendo en su mente, en su soledad, en el cansancio que se ha establecido en su interior y en su actuar. Sentada, con la mirada fija y la mente ausente, sin pensamientos que valgan. No hay amor, solo odio. LE ODIA. Le aterroriza verle ir y venir, desaparecer, abandonarle y nada más. No hay amor. Pero había amor, años atrás. Se siente sola, sin nada por lo que luchar ni seguir adelante, su cara muestra fracaso, desesperación y cansancio. No hay sueños que se le interpongan y le impongan, no hay sueños que la saquen de su propia soledad. Pedía amor, felicidad, futuro. Y se desvaneció, se esfumó. Lo tenía todo y lo perdió todo, no sabe cuándo ni dónde ni por qué. ¿Fue su culpa? ¿Es ella el problema? ¿Se preocupa tanto que al final es ella su propio problema? Intentaba razonar sus sentimientos, pero nada es más irracional que éstos. No hay esperanza en su aislamiento.

Ha perdido la cuenta del tiempo que lleva atrapada en el pasado, sin preocuparse por nada más que en encontrar la manera de retroceder, de revivirse a sí misma. Ha perdido la cuenta de cuántas cosas ha exigido al mundo, a los demás en vez de a sí misma. Ha perdido la cuenta de cuánto ha dejado de apreciarse, de amarse o de respetarse; pero en cambio, exige a los demás que le aprecien, le amen y le respeten. Ya no sabe dónde buscarse o encontrase, no sabe qué camino seguir para poder exigirse a sí misma. Ha perdido la cuenta de cuántas veces se ha rendido y ha dicho de irse, desaparecer; pero al final, se ha vuelto a sentar, pensando en las posibles consecuencias, en pros y contras, en responsabilidades en costes y pocos beneficios, pero tal vez los beneficios que su alma necesitaría. Entregó su corazón, su yo y se están despedazando en las manos de él, quien solo está jugando con ello. Y por eso mismo, aún siente más odio y rabia, porque no debería de depender de nadie, debería ser feliz consigo misma, por sí sola, ser independiente… Pero NO. No lo consigue, y su guerra interna está devastando sus entrañas. Mareada, ansiedad, ceguera, negatividad, su cabeza gira y gira y el oxígeno desaparece suave y lentamente. Buscando el sol, el aire y el calor en un lugar de niebla, frío y oscuridad es imposible…


Se rinde y vuelve a sentarse, apoya la cabeza entre sus manos sobre las rodillas y cierra sus ojos. Sigue respirando y su corazón también…